Como en mi entrada anterior manifesté "Volvió Josefina", si estoy de vuelta entre todos ustedes y creo que un poco mas compleja, creo que vengo para seguir deleitándolos y rompiéndoles las cabeza con esas entradas delirantes que me caracterizan. Empecé a trabajar ya hace un mes, a dejar
mis pagos y a ser
una mas entre tanta gente viajando de Provincia a Capital, y no pude evitar notar muchas cosas en ese viaje en bondi de una hora; como ya saben me cuesta demasiado estar sin música desde las primeras horas del día, al subirme al imponente 159 note algo maravillo, fui testigo única de como Eleanor Rigby se metió en mi cuerpo y me dejo ver todo eso que ella solo veía y pude ver y pude sentir y me pregunte "
All the lonely people where do they all come from?". Surgió en mi una necesidad de querer conocer a todas esas personas que me rodeaban, escuche a la señora llamar a su hijo y despertarlo decirle que se le hacia tarde para ir al colegio. Observe al señor cansado de tanto correr el colectivo, me vi reflejada en los ojos de aquel chico que espera llegar a tiempo para tomarse el otro colectivo que quien sabrá hacia donde lo conduce, pero fundamentalmente me vi a mi, si A MI, me vi ahí parada entre tanta gente extraña y a la vez tan cercana, me vi ahí sostenida de un asiento viendo como los primeros rayos de sol llegan de los confines mas oscuros para darle luz al día. Entrar a Capital viendo como el sol emerge de las profundidades del Río de la Plata, dando paso a la mañana.
Es extraño no me agrada mucho el viaje pero detesto tener que bajarme y perder todo ese contacto con lo desconocido que supe encontrar hacia una hora atrás.
Cruzar la calle y golpearme con la realidad de lleno en la cara, ver como nos mienten diciendonos que esta todo bien, ¿yo sola soy la que ve a la gente juntando cartón y basura en la esquina de Alem y Corrientes?O es que todavía "no me acostumbre" a ellos. Sigo caminando la estación de subte Alem me espera. Debo admitir que me encanta viajar en subte, para ir al laburo solo tengo que recorrer una estación pero es algo maravilloso. Apreciar ese arte urbano en los vagones y si tenes mucha suerte te cruzas con un saxofonista genial, que sabe los mejores temas.
Me encuentro en Florida segunda estación de la Linea B, recorro las escaleras con ansiedad por salir al exterior y ver que me puedo encontrar de nuevo en la calle, caminar dos cuadras y ver como las primeras palomas se posan en la calle recogiendo las migas que unos pocos dejan caer a propósito, encontrarme con los diarieros que te dicen buen día, y a los porteros baldeando la vereda de los miles de edificios que revisten la calle Corrientes, doblar a la izquierda y entrar en Reconquista, caminar caminar y Eleanor me va dejando, ella se queda en el subte donde yo supe ver el verdadero arte de las cosas, la dejo ahí y le pido que me espere que el camino a casa es largo y solo ella puede acompañarme de vuelta, comienza a llegar Julia, los primeros acordes, el enorme edificio de reconquista al 600, marco la entrada y la música empieza a desaparecer muy lentamente.
Joss.