domingo, 24 de octubre de 2010

Entre malos y manos.

Entiendo a los malos, a los que hacen cosas horribles, los entiendo. Yo misma fui muy mala mucho tiempo. Yo creo que los malos son gente que simplemente no tuvo otra alternativa.
Yo mismo soy una mala que simplemente tuvo la chance de cambiar, y lo aproveché. Entiendo a los malos porque sé que simplemente buscan alguien a quien amar.
No sé si lo recuerdo o me lo contaron pero cuando era chiquita mi mamá me decía "dame la mano para cruzar la calle", y yo le decía "no, no te la doy, te la presto", porque dar la mano me sonaba a darla, sacármela y darla ¿pero dar una mano no es un poco eso?
Dar una mano a alguien es mucho más que hacer un favor. No es dedicar unos minutos que te sobran o prestar una remera que no usas, es dar una parte tuya, es darte vos.
Dar la mano es aferrarte y aferrar al otro. Cuando el mundo se vuelve un abismo y todo se cae tus manos no se aferran a algo, se aferran a alguien, alguien que no te deja caer.
Cuando vos diste tu mano ya no hay forma de soltarla, ya no es tuya, está unida a la del otro, las dos manos son una.
Las manos nos unen, nos suman, cuando damos la mano dejamos de ser yo para ser nosotros.
Mi mano ya no es mía, es tuya, o nuestra. Nunca voy a soltarte la mano, pase lo que pase.

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"Ven así con la humanidad alma de diamante Y aunque tu corazón recircule siga de paso o venga pretenda volar con las manos sueñe despierte o duerma o beba el elixir de la eternidad,sos alma de diamante"